El pasado domingo 9 de mayo al mediodía me llegaba a mi celular sin quizás el más triste de los mensajes de textos que he recibido en mi vida, era el amigo y colega, Rafael Bello, productor y conductor del programa radial "Desde las Gradas" para informarme que había fallecido, Iván Brea, fue impactante la noticia, me costaba creerlo.
Conocí a Iván en el año 2001, el mismo día que regresaba al país la Selección Nacional Sub -21 desde Saitama, Japón y junto al también fallecido Marlon Lembert me dirigí al Aeropuerto Internacional de Las Americas, a recibir al equipo después de la sorprendente hazaña de quedar en cuarto lugar del Mundial de la categoría.
Luego en el año 2002 coincidimos en una feria mercadológica que realizaba la Universidad APEC en esos días y me comentó de su nuevo proyecto, el espacio televisivo Cielo Deportivo, el cual conducía junto al Prof. Bienvenido Peguero, José Oscar Fernández y Cesar Campillo "Jericó". Recuerdo como ahora mismo la respuesta de Iván cuando le pregunté si yo podía participar en el programa con una sección, para darle seguimiento a los jugadores dominicanos en la NCAA, "monstruo tú tienes la puerta abierta, yo se que te gusta esto y te voy a dar el chance".
A partir de ese momento me sentía halagado, protegido, respaldado por él quien sin quizás, ha sido el cronista especializado en baloncesto de más peso en la historia de este deporte en nuestro país. El Mayiyo (viene de Magic Johnson), como le llamábamos sus más cercanos amigos, siempre estuvo a la orden para cualquier cronista joven o aspirante a ello, para ayudarle y orientarle en este excitante, pero tan difícil mundo de la crónica deportiva.
Ivan, siempre estaba a la orden, no le pasaba por la mente decirte que no y era el primero en llamarte para hacerte saber si lo que estabas haciendo estaba bien o mal. En los Juegos Panamericanos del 2003 realizados en Santo Domingo, gracias a una recomendación de Alberto Rodríguez, tuve el honor de ser el comentarista de los últimos dos partidos que jugó el equipo dominicano y para él aquello era un triunfo, ver a su último pupilo comentando un partido de la Selección Nacional fue algo que de verdad lo llenó de regocijo.
Solo en una ocasión no estuvo de acuerdo conmigo, y fue cuando le comuniqué a mediados del año 2004 que ingresaría en el mundo de la representación de atletas, no le gustó la idea y me lo hizo saber con la siguiente frase "tú tienes mucho talento para la comunicación, no te disgregues". A pesar de no agradarle mi nuevo proyecto terminó apoyándome en mi incipiente oficio hasta el día de su muerte.
Iván fue y es merecedor de todo tipo de elogios, por su humildad, sencillez, buen amigo, consejero y sobretodo propulsor del baloncesto, por ello comparto en un cien por ciento la propuesta hecha por Luis Rafael Madera en su último artículo titulado "Donqueando, en cancha ajena", donde pide que el Palco de Prensa del Palacio de los Deportes sea bautizado con su nombre y sugiere a la Asociación de Cronistas Deportivos de Santo Domingo, diligenciar una plaza a Iván en el Pabellón de la Fama del Deporte Dominicano.
Lo extrañaré muchísimo, él no se lo imagina. Me harán muchísima falta sus maratónicas llamadas telefónicas, sus ocurrencias y comentarios acerca del baloncesto dominicano, las visitas a casa de Rafael Díaz Camilo "Gury", nuestro íntimo amigo y hermano, a ver el torneo de baloncesto boricua, y en cada mes de Noviembre cuando compartíamos e intercambiábamos publicaciones del baloncesto de la NCAA.
Descansa en paz Iván, y recuerda que te tendré un eterno agradecimiento por haberme abierto las puertas en los medios de comunicación y en el mundo del baloncesto, por orientarme y llevarme de la mano en mis inicios en este medio y por asumir hacia mí una figura paternal, que siempre quise y respeté. Te quiero Mayiyo.
Conocí a Iván en el año 2001, el mismo día que regresaba al país la Selección Nacional Sub -21 desde Saitama, Japón y junto al también fallecido Marlon Lembert me dirigí al Aeropuerto Internacional de Las Americas, a recibir al equipo después de la sorprendente hazaña de quedar en cuarto lugar del Mundial de la categoría.
Luego en el año 2002 coincidimos en una feria mercadológica que realizaba la Universidad APEC en esos días y me comentó de su nuevo proyecto, el espacio televisivo Cielo Deportivo, el cual conducía junto al Prof. Bienvenido Peguero, José Oscar Fernández y Cesar Campillo "Jericó". Recuerdo como ahora mismo la respuesta de Iván cuando le pregunté si yo podía participar en el programa con una sección, para darle seguimiento a los jugadores dominicanos en la NCAA, "monstruo tú tienes la puerta abierta, yo se que te gusta esto y te voy a dar el chance".
A partir de ese momento me sentía halagado, protegido, respaldado por él quien sin quizás, ha sido el cronista especializado en baloncesto de más peso en la historia de este deporte en nuestro país. El Mayiyo (viene de Magic Johnson), como le llamábamos sus más cercanos amigos, siempre estuvo a la orden para cualquier cronista joven o aspirante a ello, para ayudarle y orientarle en este excitante, pero tan difícil mundo de la crónica deportiva.
Ivan, siempre estaba a la orden, no le pasaba por la mente decirte que no y era el primero en llamarte para hacerte saber si lo que estabas haciendo estaba bien o mal. En los Juegos Panamericanos del 2003 realizados en Santo Domingo, gracias a una recomendación de Alberto Rodríguez, tuve el honor de ser el comentarista de los últimos dos partidos que jugó el equipo dominicano y para él aquello era un triunfo, ver a su último pupilo comentando un partido de la Selección Nacional fue algo que de verdad lo llenó de regocijo.
Solo en una ocasión no estuvo de acuerdo conmigo, y fue cuando le comuniqué a mediados del año 2004 que ingresaría en el mundo de la representación de atletas, no le gustó la idea y me lo hizo saber con la siguiente frase "tú tienes mucho talento para la comunicación, no te disgregues". A pesar de no agradarle mi nuevo proyecto terminó apoyándome en mi incipiente oficio hasta el día de su muerte.
Iván fue y es merecedor de todo tipo de elogios, por su humildad, sencillez, buen amigo, consejero y sobretodo propulsor del baloncesto, por ello comparto en un cien por ciento la propuesta hecha por Luis Rafael Madera en su último artículo titulado "Donqueando, en cancha ajena", donde pide que el Palco de Prensa del Palacio de los Deportes sea bautizado con su nombre y sugiere a la Asociación de Cronistas Deportivos de Santo Domingo, diligenciar una plaza a Iván en el Pabellón de la Fama del Deporte Dominicano.
Lo extrañaré muchísimo, él no se lo imagina. Me harán muchísima falta sus maratónicas llamadas telefónicas, sus ocurrencias y comentarios acerca del baloncesto dominicano, las visitas a casa de Rafael Díaz Camilo "Gury", nuestro íntimo amigo y hermano, a ver el torneo de baloncesto boricua, y en cada mes de Noviembre cuando compartíamos e intercambiábamos publicaciones del baloncesto de la NCAA.
Descansa en paz Iván, y recuerda que te tendré un eterno agradecimiento por haberme abierto las puertas en los medios de comunicación y en el mundo del baloncesto, por orientarme y llevarme de la mano en mis inicios en este medio y por asumir hacia mí una figura paternal, que siempre quise y respeté. Te quiero Mayiyo.
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