Cuando en el día de hoy se está firmando el contrato con la Fiba Americas que concede, oficialmente, la sede del Centrobasket a la República Dominicana se aceleran los preparativos para los torneos “superiores” del país.

Con el de San Francisco de Macoris ya en curso, Santiago comenzará a final de este mes, San Pedro y La Romana lo harán en marzo, mientras que el del Distrito está programado para abril.

Eso sin cortar a los “superiores” de Barahona y Ocoa.

Y estos certámenes vienen encadenados, por la premura para terminar antes del principios de junio para dar paso a la organización y entrenamiento del equipo para el Centrobasket.

Pero estos se constituyen en eslabones de la cadena que tiene sujetado el cacareado, deseado y nunca llegado “desarrollo del baloncesto dominicano”.

El formato de “torneos superiores” de mes en mes con prácticamente los mismos protagonistas con clubes esperando a la termine un jugador en un sitio para incorporarlo a sus filas no hace más de atrofiar a la disciplina.

Y lo lamentable es que los nuevos valores que van surgiendo se sumergen de inmediato en la “vorágine”, atraídos por el dinero que puedan ganar, sin pensar que su vida útil puede ser efímera por el abuso que hacen con sus cuerpos y además se estancan como jugadores al no dedicar el tiempo suficiente para mejorar sus puntos débiles.

Y la federación se aprovecha de los talentos formados en el extranjero (Estados Unidos) para alimentar la selección de mayores, pero descuida trabajar con el talento local y por eso los altibajos en las actuaciones en los torneos internacionales.

Nuevo sistema

Habría que tratar de reorganizar el baloncesto dominicano bajo un nuevo sistema que asimile un torneo nacional de al menos cinco meses (febrero-junio) con los principales torneos provinciales, pero que se realicen al mismo tiempo, simultáneamente.

Ya en 1998 y 2001 se hicieron ensayos que incluían a los equipos de los torneos distrital y de Santiago junto a representantes de Puerto Plata, San Francisco de Macorís, La Romana, San Pedro de Macorís y otras provincias.

Pero ya sea reduciendo el número de participantes en el torneo de cada provincia o haciendo un calendario estructurado que abarque tanto la actividad provincial como la nacional hay que buscar una solución para el basket criollo.

Se pueden dividir los días entre los torneos locales y el nacional. O hacer un torneo de equipos campeones y que cuente en las posiciones de sus respectivos torneos.

Esta es solo una sugerencia que podría servir de punto de partida para solucionar la problemática del basket local.

Escrito por: Alex Rodriguez // www.basketdominicano.com

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