Si quieren salir campeones, los Magic deberán en lo que queda de la serie romper con cientos de estadísticas que atentan contra la hazaña. Y también deberán enfrentarse a la historia de su rival, que vive su trigésima definición, exactamente 60 años después de su debut en esta instancia.

Si uno le dijera a alguien que, en toda la historia de la NBA sólo 3 veces un equipo revirtió un 0-2 en finales; que apenas dos equipos han ganado en forma consecutiva los tres juegos del medio de la serie de local, que un equipo lleva seis partidos finales jugados en su historia y los seis perdidos, que ese mismo equipo juega la segunda final desde que nació, frente a 30 de su rival...¿sería claro el pronóstico?

Pues todas las malas noticias, en este caso, son para Orlando. Los Magic, y su entrenador Stan Van Gundy especialmente, deberán abstraerse de los números, porque son tan agobiantes que no hay mente que pueda con ellos. Salvo que estén conformos sólo con haber llegado hasta aquí. No parece ser el caso.

Orlando, quizá, podría apoyarse en los datos que lo podrían favorecer. Miami Heat arrancó 0-2 ante Dallas hace sólo 3 años, y terminó ganando las finales 4-2. "Yo estaba en Miami en ese momento -dice Van Gundy-, y ví cómo perdieron los dos primeros partidos, y cómo luego dieron vuelta la serie. Lo único que tenemos que tener nosotros en la cabeza ahora es hacer un gran tercer partido". Por ahí pasa el problema: mentalizarse de ello.

Un buen orador en los Magic podría ser Dave Twardzik, asistente del general manager de Orlando, que fue uno de los jugadores clave de Portland en 1977, cuando los Blazers también dieron vuelta una final que arrancaron perdiendo 0-2. "Creo que en ese caso tuvo mucho que ver la tarea de Jack Ramsay, el entrenador. Seguimos trabajando de la manera en que lo veníamos haciendo, y cuando ganamos el tercer y cuarto partido por más de 20 puntos, nuestra confianza se fue por los cielos", recuerda Twardzik.

"En ese caso mis palabras a los jugadores fueron: no cambiemos nada excepto cómo estamos jugando. Hagamos lo que sabemos hacer. Defendamos, tomemos rebotes, corramos el contraataque y ejecutemos las cosas como somos capaces", dice Ramsay.

Para Orlando, la pesada herencia del 0-4 en las finales 1994/95 ante Houston (la única que disputaron antes de esta) no es un detalle menor. Contra esos fantasmas, más el equipo entero de los Lakers, tendrá que enfrentarse Orlando para seguir con alguna chance de resurrección.

Escrito por: Fabián García // www.basketdominicano.com

0 comentarios :

Publicar un comentario

Gracias por visitar www.basketdominicano.com tus comentarios son muy importantes para nosotros... El Basket nos Une!!!