Tras la llegada de Shaquille O´Neal a los Cavaliers de Cleveland se tejieron muchas conjeturas con relación a la suerte que acompañaría a este gran equipo.

Sobre todo tomando en cuenta que su jugador estelar, LeBron James, será agente libre en el próximo verano y todos están interesados en conocer cuál será la decisión que tomará: quedarse en Cleveland o irse a otro equipo.

La gerencia del equipo no tuvo reparo en hacer el cambio para traer a Shaquille desde los Suns de Phoenix junto a su contrato de 20 millones de dólares y sus achaques relativos a la edad.

Pero no fue Shaquille el único que se incorporó a las filas de los Cavaliers. También llegaron como agentes libres Anthony Parker, Jamario Moon y Leon Powe. Estas incorporaciones junto a la presencia, además de LeBron, de jugadores como Mo Williams, Anderson Varejao, Daniel Gibson y Zydrunas Ilgauskas pusieron a los analistas a pensar seriamente en los Cavaliers como una real opción al título de la NBA.

Y en verdad lo son, pero todavía no han logrado la tan importante química que necesita todo quinteto de baloncesto que aspira a lograr un campeonato.

Peores registros

El Shaq, ya llegando a los 40 años, está teniendo sus peores estadísticas en una temporada.

Promedia 10.6 puntos y solo acierta el 50.3 por ciento cuando solía estar siempre cerca del 60 por ciento.

Pero la importancia de Shaquille se deberá reflejar en los playoffs, sobre todo en un eventual enfrentamiento contra los Magic de Orlando y Dwight Howard.

Los Cavaliers tienen a ocho jugadores que superan el promedio de siete puntos por partido, pero las estadísticas indican que cuando están juntos Shaquille y LeBron, el equipo no es tan efectivo como cuando la combinación de James es con Ilgauskas.

Eso significa que los dos grandes nombres del club todavía no están ubicados en la misma página, con la salvedad de que Zydrunas tiene varios años al lado del Rey.

Además, el tipo de juego de Ilgauskas, quien puede encestar de distancia, se adapta más a las penetraciones y la fuerza que imprime LeBron en el ataque.

El dirigente Mike Brown ha estado buscando la fórmula ideal para que el equipo llene las espectativas creadas.

Su último movimiento fue llevar a la banca a Anderson Varejao y colocar en su lugar al jugador de segundo año, J.J. Hickson.

Hickson como delantero de poder. Y no es que la marca de 20-8 con la que comenzaron la actividad de ayer sea mala, pero todavía se nota cierta falta de sintonía entre los jugadores en la cancha.

Luego de dos meses de temporada, los ajustes deben de comenzar a dar sus frutos. El tiempo se agota para LeBron en Cleveland y solo una corona podría ser el señuelo para que no cambie su camiseta.

Escrito por:Alex Rodríguez // www.basketdominicano.com

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