La actuación del equipo de baloncesto que representó a República Dominicana en el pasado preolímpico de Mar del Plata 2011 pasará a la historia como una de las páginas más gloriosas de nuestro deporte colectivo a nivel internacional.

Obtener una medalla de bronce continental y superar algunos males históricos de los que adolecimos a lo largo de los últimos años son sólo algunos de los logros que se pueden adjudicar tanto a jugadores como cuerpo técnico y directivos que tuvieron que ver con esta consecución.

De inmediato, ha surgido el debate sobre si este es el mejor equipo dominicano de todos los tiempos, comparado principalmente con el hito de los 12 magníficos que ganaron la medalla de oro en Centrobasket '77, llevando a nuestro país a su único mundial de basket.

Al contrastar los dos equipos muchos se han inclinado por el más añejo. Destacan el logro mundialista como punta de lanza y esgrimen otros argumentos que van desde las dificultades para ganar aquellos torneos de Centrobasket, hasta la “cohesión” y el “estilo de juego” de aquella oportunidad como superiores a lo que mostró la tropa de John Calipari.

Si la comparación se hace en el terreno del nivel individual de los jugadores, la honestidad y el buen juicio debe llevarnos a pensar que un combinado que posea tres jugadores de la NBA, incluyendo un All-Star como Al Horford, debe salir ganando en cualquier tipo de análisis.

Horford, no solo es el mejor jugador dominicano de la actualidad, sino que es uno de los mejores quince de toda la liga y quizás el de más nivel de todos los que accionaron en el torneo.

Si a eso se le suma la presencia de Jack Michael Martínez, quien pelea cabeza con cabeza con cualquiera para ser el más significativo de todos los jugadores que han enfundado la casaca nacional en eventos internacionales, y hombres tan probados como Eulis Báez y Luis Flores, permiten catalogar al material actual como el mejor hombre por hombre.

Si el tema se desliza hacia la parte de la cohesión del equipo, otra vez la balanza se inclina a los 12 de Mar del Plata debido a que su estilo y esquema de juego superó grandes males del baloncesto dominicano.

Por primera vez la República Dominicana logró entender cuál era su mayor fortaleza y la atacó de forma consistente. Insistió en el juego bajo los palos y logró dominar siempre los rebotes. Nuestro equipo logró jugar 40 minutos de set play, perdiento considerablemente menos balones que en años previos, mientras desplegaba un juego organizado, que solo cojeó ante rivales de gran nivel defensivo.

Al evaluar el cuerpo técnico, contar en la banca con gente como John Calipari, Del Harris y Rod Strickland, entre otros, se puede llegar a la conclusión de que se logró un salto de calidad con un plantel de coaches que son envidia para cualquier equipo a escala global.

El propio hecho de que Humberto Rodríguez fuera asesor de John Calipari en este evento deja entrever que no se ha improvisado nada para obtener este resultado. Esto, sin jamás desmeritar lo hecho por Rodríguez y Faisal Abel.

Aun así, el resultado es lo más importante. Todo puede hacerse bien y si al final no se logran los objetivos el esfuerzo será en vano.

Incluso, como resultado una medalla de bronce en un preolímpico tiene más valor que un oro en Centrobasket. A este juicio de valor categórico se le puede agregar que la clasificación dominicana al repechaje lo coloca en posición de ir a unos juegos olímpicos donde en vez de jugar 18 o 24 equipos como en el mundial solamente caben 12.

Es tan difícil ir a un repechaje mundial que para el año que viene Alemania, Italia, Serbia, Turquia y Croacia, equipos todos con mayor tradición de basket que nosotros, no estarán ni en los olímpicos ni en el repechaje.

Si se buscan todavía más razones se puede esgrimir que ningún equipo del área centroamericana y caribeña terminó por encima de República Dominicana. El criollo es un equipo que hoy por hoy no tiene complejos para jugar contra nadie y cuenta con la posibilidad de ser cabeza de serie en un repechaje mundial donde a pesar de reconocer la dificultad del evento tenemos chance real de ir a los olímpicos.

Estar allá y ver el equipo jugar es una experiencia totalmente diferente a seguirlos a distancia. Y aún quienes lo ven a lo lejos pueden darse cuenta de lo trascendente de los resultados de Mar del Plata.

A veces es más fácil decir que todo tiempo pasado fue mejor. En esta ocasión hay que reconocer que la historia se renueva día a día.

Los doce magníficos seguirán siendo eso: Leyendas. Y continuarán como los que marcaron el paso de la internacionalización del baloncesto dominicano. Por siempre tendrán el privilegio de sus hazañas y nadie será tan atrevido para disminuir su estrella.

Sin embargo, el mejor equipo criollo a nivel de selección de todos los tiempos lo componen: Al Horford, Francisco García, Jack Michael Martínez, Luis Flores, Eulis Báez, Edgar Sosa, Ronald Ramón, Manuel Fortuna, Charlie Villanueva, Manuel Guzmán, Orlando Sánchez y Kelvin Peña.

Y lo que está a la vista no necesita espejuelos.

Trabajo especial de José Gómez para z101digital.com (@zdeportes)
Publicado por: www.basketdominicano.com

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