NUEVA COLUMNA// LO QUE VI: EL GRAN PHIL [POR JOAN MOLINA].

Y al final, ganaron los Lakers. La temporada 2009-10 de la NBA llego a su conclusión y la historia, que se desarrolló diferente a la anterior, tuvo el mismo final.

Los angelinos completaron una temporada llena de altibajos, enfrentaron múltiples obstáculos y supieron sobrellevar lesiones y controversias.

Todavía en el final no contaban con Bynum al ciento por ciento en una serie donde era crucial su participación por lo físico que juegan los ahora subcampeones Celtics.

La temporada inició con el equipo completo y los Lakers a todo vapor, parecían destinados a conseguir el mejor record de la serie regular y pasar sin problemas por la conferencia del oeste, pero llegaron las lesiones. Kobe con los ya conocidos problemas de los dedos de las manos, que debió operarse en la temporada muerta y optó por no hacerlo para no arriesgar perderse el inicio, luego la rodilla, y ahí el equipo se complicó más, Gasol con dolencias diversas, Fisher con el peso de la temporada que parecía hacerle mella, Bynum con su rodilla de cristal y una banca que no parecía responder a lo que le pedía el cuerpo técnico. En un momento parecían desmoronarse, cuando en un viaje largo cayeron varias veces y al llegar a casa no pudieron reponerse, fue el punto mas bajo de su temporada.

Pero los equipos grandes siempre tienen recursos para sacar un as debajo de la manga y en este caso ese as responde al nombre de Phil Jackson. El "Zen Master", a veces pragmático, en otras filosófico y siempre intentando jugar con la mente del rival o de sus propios jugadores, consigue, con paciencia sacerdotal, sacar lo mejor de situaciones criticas. Su capacidad para lidiar con el choque de grandes egos es antológica, desde conseguir que "su majestad" comprendiera la importancia de confiar en sus compañeros para poder conseguir campeonatos, o que un jugador con características excepcionales como Pippen se relegara a ser segundo, y pudiéramos seguir con cada uno de los actores secundarios de sus once campeonatos o el manejo de la tortuosa relación Shaq-Kobe.

El equipo logró reponerse y terminar la temporada regular con el mejor record de la conferencia. Llegó a los playoffs preparado a enfrentar un oeste mas fuerte, joven y rápido, aquí salio la preparación y experiencia de un equipo con casta y acostumbrado a no dejarse deslumbrar, algo difícil cuando se defiende un campeonato ya que los rivales vienen enfocados en destronar al campeón y la motivación para repetir, a veces, no es suficiente para seguir luchando. No en los equipos de Jackson que parece tener respuesta para todas las situaciones.

Se pudiera pensar que Jackson ha sido favorecido con equipos superiores y eso, a excepción de los Bulls del segundo periodo, es discutible. No vamos a dejar de lado la importancia de contar con figuras como las mencionadas anteriormente, sobre todo en una liga que ha basado su estrategia mercadologica en la exaltación de las súper estrellas, pero esto lo que hace es dificultar, aun más, el trabajo del coach desde el punto de vista del grupo.

Sus planteamientos tácticos están bien definidos, jugar una ofensiva que ni siquiera fue inventada por el, pero si perfeccionada, aprovechando las características atléticas de algunos, la habilidad para pasar el balón de los hombres grandes y la puntería de jugadores de rol, defender con intensidad todo el camino y minimizar los errores. Parece simple, pero llevarlo a la práctica en un deporte jugado a toda velocidad no es tarea fácil.

El deporte, como la vida, a veces se mide por resultados y Jackson los tiene de sobra, actualmente es el coach más ganador en la historia de los deportes de conjunto en Estados Unidos y aunque da señales de retiro por razones de salud, tiene la oportunidad de agrandar su leyenda y cuando diga adios, poseer un record que será muy difícil de alcanzar.

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