La pugna generada entre la NBA y sus árbitros ha dado lugar a un cierre patronal y no parece tener solución a corto plazo.

Dicho "impasse" ha obligado a la liga, una vez más, a recurrir a oficiales de remplazo que se entrenan en estos momentos con miras a trabajar la pretemporada y posiblemente el inicio de la temporada 2009-10.

Mucho se ha hablado ya del tema de si la Unión de Árbitros de la NBA o la liga es la mayor responsable del "impasse" y la realidad es que es muy difícil no estar de acuerdo con los oficiales del silbato, dado el caso de que estos han cedido en grande en cuanto a beneficios y salarios para tratar de llegar a un nuevo acuerdo; pero el señor David Stern y su grupo de asesores, usando como argumento la crisis económica del momento, han tratado de exprimir al máximo a los colegiados, para tratar de obligarlos a renunciar a derechos adquiridos y aceptar condiciones que estos consideran inaceptables.

El caso es que, con tanto tira y afloja, no se ve una solución inmediata al conflicto y, dada la inminente llegada de una temporada más, la liga ha decidido convocar a sustitutos, mayormente provenientes de su liga de desarrollo y de la WNBA, por lo que los argumentos en cuanto a la calidad de estos oficiales no se han hecho esperar.

La Asociación de Jugadores de la NBA, mediante su presidente y portavoz Derek Fisher, ha manifestado que les preocupa el tener que comenzar la temporada con árbitros de segundo nivel; debido a que recuerdan cuanto sufrió la calidad de arbitraje durante el pasado cierre que ocurrió en 1995 y que duró unos 68 días.

La NBA, por medio de su presidente de operaciones baloncestísticas Joel Litvin, ha manifestado que, contrario al '95, en esta ocasión la diferencia en calidad no será tan perceptible por dos razones básicas: la liga espera contar con 60 sustitutos (en lugar de los 42 que tuvo en aquella ocasión más reciente) y estos árbitros que trabajan en la NBDL y la WNBA llevan tiempo dirigiendo partidos con las mismas reglas que rigen en la NBA y entrenados por personal de la liga; por lo que no se espera un ajuste tan abrupto como el que tuvieron que sufrir los suplentes en el pasado.

Como primer paso para preparar a estos sustitutos, la liga abrió un campamento en Nueva York esta semana, al que asistieron un total de 44 árbitros (16 menos que los que Litvin dice que tendrá para el inicio de la temporada. El número no ha sido mayor porque varios sustitutos potenciales han decidido cerrar filas con sus colegas de mayor jerarquía o no les ha hecho mucho sentido la oferta económica que han recibido y les han dicho que no a la invitación. Extraoficialmente se ha informado que los suplentes cobrarán $1100.00 por partido (menos de una tercera parte del salario promedio para un árbitro unionado), además de $80.00 de per diem y gastos de transportación y alojamiento.

Sin embargo, otros oficiales han visto esta situación como una oportunidad para demostrar su calidad y ganarse un lugar en el gremio usual. No podemos perder de vista que 17 de los 60 árbitros unionados comenzaron sus carreras como sustitutos durante diferentes conflictos obrero-patronales del pasado y algunos nombres en este listado realmente sorprenden debido a que hoy día son considerados entre los mejores jueces del juego.

Por ejemplo, Joey Crawford se unió a la NBA durante una huelga de oficiales en 1977; Danny Crawford, Ken Mauer, Eddie Rush y Derrick Stafford hicieron sus pininos durante el cierre patronal del 1983. Otros 12 árbitros, incluyendo a Bill Kennedy y Leon Wood hicieron su ingreso a la liga saltando filas en 1995.

La oportunidad para jueces de otros lugares, tampoco puede se pasada por alto. La renuencia de la NBA a reconocer el arbitraje FIBA como el segundo mejor del mundo hace que sea casi imposible llegar a participar en esta liga solamente mediante el prestigio ganado por el trabajo en competencias internacionales. Los árbitros de otros países que sueñan con trabajar algún día en la NBA saben que la mejor forma de aumentar sus posibilidades es haciéndose disponibles para asistir a campamentos de oficiales de NBA, trabajando las ligas de verano, entrando al grupo de jueces que trabajan la NBDL y esperando que un desempeño realmente destacado o un golpe de suerte los catapulte a la liga mayor.

Ese ha sido el caso de dos destacados puertorriqueños que son parte del grupo de árbitros invitados a comenzar trabajando esta temporada, José Aníbal Carrión y Carlos González. Ambos han ido escalando posiciones en el arbitraje estadounidense (escuelas superiores, universidades, liga de desarrollo) hasta que les ha llegado esta oportunidad que posiblemente hubiera tardado mucho más si no se hubiesen dado los acontecimientos de las pasadas dos semanas.

En el caso de Carrión, este es también un destacado arbitro FIBA, con participaciones en los torneos internacionales más importantes; pero, como dije antes, llegar por esa ruta a la NBA hubiese sido menos que imposible. Así que aquí aplica el refrán de que "a rio revuelto, ganancia de pescadores", porque un conflicto laboral puede dar lugar para que otros reciban la oportunidad para demostrar su valía que tanto tiempo llevaban esperando.

Escrito por: Carlos Morales (Espndeportes.com)
Publicado por: www.basketdominicano.com

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