Todo tipo de opiniones y versiones han sido vertidas con relación a la participación del equipo dominicano en el Torneo Premundial celebrado en San Juan, Puerto Rico.

Aunque se contaba con la gran mayoría de los principales atletas con sangre criolla que practican ese deporte, no se logró la meta de conseguir la clasificación para el Campeonato Mundial de Turquía el año próximo.

Desde la falta de un armador puro, las decisiones del dirigente Julio Toro, las diferencias entre jugadores, hasta las actividades nocturnas de algunos, son citadas como posibles causas del fracaso.

Sin embargo, si el equipo hubiera anotado cinco puntos más en el partido frente a Canadá no se estuviera hablando de nada de eso.

Pero lo que cuenta en la vida son los resultados y en esta oportunidad no favorecieron a la selección nacional.

Creo que en el aspecto individual, en la cancha, cada quien cumplió con su trabajo. Desde los jugadores NBA hasta los forzados Luis Flores, en una camisa de fuerza como armador, hasta Jack Michael Martínez, quien sacrificó su jerarquía ganada durante muchos años en la selección, saliendo de la banca y jugando minutos de calidad.

Pero muchas distracciones fuera de la cancha, multas por varias situaciones, incluyendo el caso del nacionalizado Josh Asselin comenzaron, desde el principio, a enrrarecer el ámbiente alrededor del equipo dominicano.

Siempre se advirtió que, sólo con el talento no era suficiente. Había que contar con el tiempo suficiente para lograr la compenetración tan necesaria en el juego del baloncesto.

Con Julio Toro dirigiendo en Puerto Rico, Charlie Villanueva en medio de una mudanza, Al Horford en gira por México con la NBA y practicando tiros con Mark Price, Luis Flores, quien venía de liderar la anotación en Israel y era la pieza clave al tener que cambiar de posición, atendiendo asuntos personales no fue posible tener el TIEMPO necesario para lograr el famoso y manoseado “TEAM WORK” para enfrentar un torneo de tanta calidad e intensidad como el Premundial.

Esto, junto a las “dominicanadas” que nunca faltan, exceso de equipaje “humano” en la delegación y falta de planificación y organización de parte de los federados dieron al traste con el resultado conocido.

No merece invitación

La República Dominicana no merece ser invitada por la Fiba en uno de los cuatro cupos que completarán la nómina de 24 equipos en el Mundial. No se la ganó en el terreno de juego y no tiene el antecedente necesario.

Con la posible organización del Centrobasket en Santiago, sede que de no ser otorgada al país lo dejaría fuera del ciclo olímpico hasta el 2013, es mejor competir en el área que poder ser exitosos y no gastar otra millonada sin garantía de una buena actuación.

Escrito por: Alex Rodríguez // www.basketdominicano.com

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