La llegada de Edgar Sosa a la Universidad de Louisville para jugar bajo las órdenes del experimentado coach Rick Pitino tras una carrera estelar en la escuela secundaria de Rice presagiaba el inicio de una ruta que lo llevaría a tener un lugar seguro en el baloncesto de la NBA.
Sin embargo, cuatro años después, el armador de 6-2 de estatura comenzará su última campaña con los Cardinals con más dudas que las que tenía cuando pisó el Alma Mater por primera vez.
Sus números, tanto en la cancha como en el aula, han descendido.
Algunas fuentes aseguran que su ausencia en el Torneo Premundial celebrado en Puerto Rico en el pasado mes de agosto se debió a que reprobó en todas las materias.
Ahora con la salida hacia la NBA de Terrence Williams y Earl Clark, Pitino tendrá que depender mucho de Sosa, cuyo accionar es definido como “voluble” por su carácter inconstante.
Pero parece que, finalmente, Sosa ha aprendido de sus errores.
Por lo menos eso se hace notar en sus declaraciones.
“No voy a mentir. Pensé que mi carrera iba como un cohete y que iba a tener un gran segundo año, pero Dios te pone obstáculos y te hace enfrentar adversidades para ver cómo vas a reaccionar y yo reaccioné pobremente”, declaró Sosa recientemente a Prensa Asociada. “Creo que si tengo que atravesar la adversidad otra vez seré capaz de manejarla mucho mejor”.
También se han colado informaciones de que ha tenido que lidear con problemas familiares de gran consideración.
Sus números
En sus tres campañas sus minutos en la cancha han ido de 25.2 a 21.4 a 19.8, mientras que en la producción ofensiva sus estadísticas han bajado de 11.4 puntos a 7.6 a 7.3. Sus porcentajes de campo han sido de 41.4, 39.3 y 39.8 por ciento.
Los rebotes han ido de 2.1 a 1.6 a 1.4, mientras que las asistencias han sido de 2.6, 1.8 y 2.4.
El punto más alto de su carrera llegó en la segunda ronda del torneo de la NCAA en 2007 cuando marcó 31 puntos en una derrota ante la Universidad de Texas A&M.
El año pasado decidió un partido ante el archirrival de Kentucky con un tiro de tres, pero dos días antes Pitino había sugerido que tal vez lo mejor para Sosa hubiera sido una transferencia de universidad.
Se mantuvo la constante de juegos buenos y malos, además de quedarse en la banca en los partidos cerrados.
En dos encuentros de interescuadras ha estado brillante este año.
Tuvo 10 puntos y ocho asistencias en una victoria del equipo Rojo 103-94 sobre el Blanco y luego marcó 25 tantos, tirando de 9-6 en tiros de tres en una derrota 93-89.
Ojalá sea el preludio de una buena campaña que eleve sus bonos de cara al próximo sorteo de talentos para la NBA.
Escrito por: Alex Rodríguez // www.basketdominicano.com
Sin embargo, cuatro años después, el armador de 6-2 de estatura comenzará su última campaña con los Cardinals con más dudas que las que tenía cuando pisó el Alma Mater por primera vez.
Sus números, tanto en la cancha como en el aula, han descendido.
Algunas fuentes aseguran que su ausencia en el Torneo Premundial celebrado en Puerto Rico en el pasado mes de agosto se debió a que reprobó en todas las materias.
Ahora con la salida hacia la NBA de Terrence Williams y Earl Clark, Pitino tendrá que depender mucho de Sosa, cuyo accionar es definido como “voluble” por su carácter inconstante.
Pero parece que, finalmente, Sosa ha aprendido de sus errores.
Por lo menos eso se hace notar en sus declaraciones.
“No voy a mentir. Pensé que mi carrera iba como un cohete y que iba a tener un gran segundo año, pero Dios te pone obstáculos y te hace enfrentar adversidades para ver cómo vas a reaccionar y yo reaccioné pobremente”, declaró Sosa recientemente a Prensa Asociada. “Creo que si tengo que atravesar la adversidad otra vez seré capaz de manejarla mucho mejor”.
También se han colado informaciones de que ha tenido que lidear con problemas familiares de gran consideración.
Sus números
En sus tres campañas sus minutos en la cancha han ido de 25.2 a 21.4 a 19.8, mientras que en la producción ofensiva sus estadísticas han bajado de 11.4 puntos a 7.6 a 7.3. Sus porcentajes de campo han sido de 41.4, 39.3 y 39.8 por ciento.
Los rebotes han ido de 2.1 a 1.6 a 1.4, mientras que las asistencias han sido de 2.6, 1.8 y 2.4.
El punto más alto de su carrera llegó en la segunda ronda del torneo de la NCAA en 2007 cuando marcó 31 puntos en una derrota ante la Universidad de Texas A&M.
El año pasado decidió un partido ante el archirrival de Kentucky con un tiro de tres, pero dos días antes Pitino había sugerido que tal vez lo mejor para Sosa hubiera sido una transferencia de universidad.
Se mantuvo la constante de juegos buenos y malos, además de quedarse en la banca en los partidos cerrados.
En dos encuentros de interescuadras ha estado brillante este año.
Tuvo 10 puntos y ocho asistencias en una victoria del equipo Rojo 103-94 sobre el Blanco y luego marcó 25 tantos, tirando de 9-6 en tiros de tres en una derrota 93-89.
Ojalá sea el preludio de una buena campaña que eleve sus bonos de cara al próximo sorteo de talentos para la NBA.
Escrito por: Alex Rodríguez // www.basketdominicano.com
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