Sentado en una silla blanca plástica, Julio Toro seguía las incidencias del desafío. Carlos Arroyo y Larry Ayuso compartían el balón en el perímetro, y Toro los observaba detenidamente. Había silencio en sus labios. No les ofrecía instrucciones como en el pasado. Y no tenía razón para hacerlo. MAS

0 comentarios :

Publicar un comentario

Gracias por visitar www.basketdominicano.com tus comentarios son muy importantes para nosotros... El Basket nos Une!!!