JULIO TORO: UN ‘ENEMIGO’ MUY QUERIDO.

Sentado en una silla blanca plástica, Julio Toro seguía las incidencias del desafío. Carlos Arroyo y Larry Ayuso compartían el balón en el perímetro, y Toro los observaba detenidamente. Había silencio en sus labios. No les ofrecía instrucciones como en el pasado. Y no tenía razón para hacerlo.

Esta vez, existía otro pensamiento en su mente. Ya esos no eran sus jugadores, aquellos que tuvo bajo su tutela a principios de esta década.

Ahora, los veía del otro lado de la cancha y velaba que sus nuevos canasteros ejecutaran su mandato de presionarlos defensivamente.

Sin dudas, era una escena inusual. La línea en el medio del tabloncillo lo separaba de su antiguo seleccionado y de sus compatriotas.

Toro actuaba como el mandamás del cuerpo técnico de República Dominicana en un partido de exhibición. Y los jugadores puertorriqueños admitieron sentir alguna sensación extraña.

“Es raro que sea parte del equipo oponente”, confesó el escolta Ayuso. “Pero me alegré de verlo, porque fue uno de mis maestros y está haciendo lo que le gusta: dirigir”, continuó Ayuso.

Toro dirigió a Puerto Rico por última vez en el Mundial de Japón 2006. Y uno de sus mayores logros en el último ciclo fue derrotar por primera vez en la historia a Estados Unidos en unos Juegos Olímpicos. Eso aconteció en el 2004 en Grecia.

Y uno de los héroes de aquella victoria coincidió con el sentir de Ayuso. “Verlo al otro lado es otro tipo de emoción. Es una experiencia interesante”, dijo Arroyo.

“Muchas de las cosas que he aprendido en el deporte, ha sido por él. Le deseo lo mejor, siempre y cuando no jueguen (Dominicana) tan bien frente a nosotros”, bromeó el ex enebeísta.

Antes de llegar al Pabellón Fabio Rafael González para dirigir el partido de fogueo, Toro se reencontró con sus ex compañeros de equipo en el hotel. Y horas más tarde les vio caras nuevamente sobre la duela.

“Sentí orgullo de ser parte de los dos grupos. Siento una gran simpatía por el equipo de Puerto Rico”, manifestó Toro.

TERCER TALLER

No es la primera vez que el veterano mentor se encuentra en esta posición. A principios de la década del 1990, Toro también dirigió la selección de otro país, esta vez, la de Venezuela, a la que guió a las Olimpiadas de Barcelona 1992.

De un equipo competitivo solo en el hemisferio, Toro convirtió a Venezuela en un quinteto mundialista. Y eso es lo que pretende ahora con los quisqueyanos.

Han pasado 17 años de aquel suceso y Toro habla de su crecimiento en estas pasadas décadas.

“Aquella vez me sentía nervioso y desorientado. Nadie me dijo lo que representaba, ser un representante”, dijo. “Ahora es diferente. Los años te dan tranquilidad, experiencia y consistencia. Y uno sabe que está haciendo algo importante, como representar unos colores y una nación”.

Toro lleva casi dos semanas al frente de los entrenamientos de la preselección dominicana. Y estableció que no hay mayores diferencias en la manera que sus jugadores ven el juego de baloncesto en comparación a los boricuas.

“La cultura del basket se parece a la de Puerto Rico. Son muchachos con experiencia en universidades en Estados Unidos... que fueron becados”, indicó Toro.

Y del grupo sobresalen tres jugadores de la NBA: Francisco García, Al Horford, y Charlie Villanueva, quienes integran el mejor plantel dominicano en su historia. Y Toro tiene en sus manos la oportunidad de clasificar a Dominicana a su primer Mundial desde Filipinas 1978.

“Estoy en el proceso de comprender y de evaluar a los jugadores. Ver las cosas que hacen y cómo se encuentran entre ellos en la cancha. Sé que hay muchas expectativas y esa presión me gusta... es positiva, sana y alegre. No me intimida”, afirmó el boricua.

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PIE DE FOTO: Julio Toro al momento de dirigir los entrenamientos de RD.

Escrito por: Carlos Rosa Rosa // www.basketdominicano.com