VENEZUELA: REYNALDO MERCEDES IMPONE SU PRESENCIA.

Dos Juegos Olímpicos (Atenas 2004 y Pekín 2008); experiencia en tres Mundiales de mayores (Indianápolis 2002, Japón 2006 y Turquía 2010), y un sin número de eventos pertenecientes a la zona de América de la Federación Internacional de Baloncesto (FIBA), resumen una hoja profesional envidiable.

Con 34 años, el dominicano Reynaldo Mercedes Sánchez es invitado de lujo en la Liga Profesional de Baloncesto (LPB), para administrar justicia en los partidos. 

Para muchos pasa inadvertido, pero jugadores y técnicos reconocen sus pergaminos. Él impone respeto en la cancha con sus decisiones.

"Me siento muy contento con el trato que me han dado en Venezuela y orgulloso de dar mi aporte", dijo Mercedes, juez con licencia FIBA desde el año 1999.

Mercedes es el primero de varios jueces foráneos que actuarán en el país, como una iniciativa de elevar el nivel del arbitraje y contribuir al aprendizaje de lo oficiales criollos .

"Me encanta el torneo. Ciertamente la gente sostiene que esta Liga es muy física. Yo no diría tanto eso, sino que es un tipo de baloncesto muy parecido al de Puerto Rico, Dominicana o México, con muchas jugadas en el poste bajo, a diferencia de países como Argentina, Brasil o Uruguay. Allí se hacen más pases y lanzamientos. Pero sigue siendo baloncesto, el que más anota gana", admite.

El juez permanecerá hasta el 27 de marzo en el país, cuando se ausentará unos días por compromisos familiares. Luego, retornará y estará un tiempo más, porque debe cumplir compromisos en la Liga de Puerto Rico, según refirió.

Señala que el éxito en cualquier profesión pasa por el tema del trabajo.

"Se trata de constancia, sacrificio. Este trabajo te obliga a pasar muchas horas fuera de casa, a dejar por un tiempo a tu familia, pero para tener éxito tienes que ser autocrítico. En muchos torneos la FIBA tiene evaluadores, te pueden corregir, pero sale de ti hacerlo. Es algo personal", explicó.

Algo que le gusta del básquet venezolano es la asistencia masiva a los escenarios.

"Honestamente lo disfruto. Un partido sin público es como el ajedrez, aburridísimo. Los gimnasios llenos te ponen presión adicional, son cuatro o cinco mil personas que te están evaluando, eso me gusta".

En un futuro, le gustaría pitar en la NBA.

"Ya hice dos campamentos, pero llegar implica estar en Estados Unidos varios años, luchar y tener suerte, estar alejado de la familia mucho tiempo y ahora no lo veo conveniente. Quizás un poco más adelante".

Escrito por: JOSÉ RUBICCO HUERTAS | EL UNIVERSAL

Publicado por: www.basketdominicano.com