NUEVA YORK .- Apenas unas horas antes de asistir a la ceremonia del draft de la NBA, la madre de Karl-Anthony Towns se puso un par de zapatos negros, con tacones altos. Se vistió con un conjunto de pantalón azul eléctrico, el color de la Universidad de Kentucky, y habló con confianza de su hijo.
Se mostró segura sobre la capacidad del basquetbolista para adaptarse a la experiencia de jugar en la NBA.
Poco después, el joven de 19 años se convirtió en la primera selección del draft. Pero la dominicana Jacqueline Cruz-Towns considera que algo es seguro: pese a los cambios que depare el destino, ella seguirá siendo su madre.
"No creo que esto cambie nuestra relación en absoluto", comentó. "Discutimos, él consulta todavía mi opinión. Acostumbramos escucharlo. Tenemos una relación muy cercana y eso no cambiará".
Y en una jornada emocionante, en que Towns fue reclutado por los Timberwolves de Minnesota, Cruz tuvo que apresurarse a fin de llegar a tiempo a la ceremonia en el Barclays Center de Brooklyn.
La mujer se probó siete combinaciones, mientras iba de compras en Piscataway, Nueva Jersey, la ciudad donde reside. Se decidió por el conjunto de una pieza con el color de la escuela donde Towns brilló.
Una sobrina la ayudó con el maquillaje. Su cuñada le peinó su cabello largo y ondulado.
"¿Luzco bien? ¿Está mi ojo bien delineado?", preguntó. "Quería usar algo azul, pero que no pareciera de una persona tan joven ni tan vieja. Buscaba algo divertido que sorprendiera a mi hijo y a mi marido", Karl-Anthony padre.
En medio del apuro para estar lista, Cruz se dio tiempo para rememorar la época en que Towns estudiaba en el quinto o sexto grado. El jovencito medía ya 1,82 metros (seis pies). Fue entonces cuando Cruz se percató del talento de su hijo para el basquetbol.
"Lo veíamos driblar y cómo encestaba en bandeja. Yo me dije, '¡Dios mío!, parece una bailarina''', comentó. "Era tremendamente ágil".
Recuerda haberle comprado biografías de grandes basquetbolistas, que ambos leían juntos.
Después de que Towns fue seleccionado, su padre se conmovió. En declaraciones a ESPN recordó la forma en que la familia gastó sus ahorros para construir una cancha de basquetbol, con piso de concreto, en el traspatio.
"La gente no entiende lo que hemos sacrificado para hacer esto, para vivir este sueño", dijo, al borde de las lágrimas.
Cruz aprovechó el logro para dar un consejo a su hijo.
"Sólo sigue trabajando duro. Ama a tus fanáticos. Dales las sonrisas que siempre nos diste a nosotros en casa", pidió.
Junto con otros 11 jugadores de su generación, Towns dejó la universidad tras cursar apenas el primer año. Pero Cruz no considera que llegar a la NBA a una edad más temprana pueda afectar al joven, pues lo consideró muy maduro.
Cuando ella estudiaba enfermería, Towns le ayudaba a estudiar. La madre hacía malabares, cuidando a sus dos hijos y cumpliendo su trabajo en el área financiera de una clínica de salud mental en Nueva Jersey.
"Cuando estoy deprimida, él siempre viene y me dice, 'todo va a salir bien, no es nada'. Tiene mucha sabiduría", destacó.
Además, a Towns le gusta bromear con su hermana mayor Lachelle, de 35 años y con dos hijos, quien considera que podrá dar buenos consejos al basquetbolista.
"Soy yo la que puede darle otra perspectiva de los problemas y de las soluciones. Mi hermano tiene 19 años y es como cualquier otro joven de esa edad. Es un adolescente que ama la vida. Esta profesión es como conseguir un empleo en el Wendy's del centro comercial", comentó Lachelle, en referencia a la cadena de restaurantes de hamburguesas. "Tiene que levantarse temprano cada día, tiene un horario y, si no puede presentarse un día, ¿adivinen qué?, pues tendrá que llamar a su entrenador e informárselo".
Lachelle usó un vestido blanco para la gran noche de su hermano. Buena parte de la familia asistió a un desayuno que la NBA les ofreció el jueves. En ese encuentro, ejecutivos de la liga hablaron de los programas que han implementado para resaltar la importancia de un buen manejo financiero, de elegir un agente y de tener relaciones estrechas y saludables.
Además, la familia tuvo la oportunidad de conocer a los padres de otros futuros jugadores de la NBA.
Por AP
Se mostró segura sobre la capacidad del basquetbolista para adaptarse a la experiencia de jugar en la NBA.
"No creo que esto cambie nuestra relación en absoluto", comentó. "Discutimos, él consulta todavía mi opinión. Acostumbramos escucharlo. Tenemos una relación muy cercana y eso no cambiará".
Y en una jornada emocionante, en que Towns fue reclutado por los Timberwolves de Minnesota, Cruz tuvo que apresurarse a fin de llegar a tiempo a la ceremonia en el Barclays Center de Brooklyn.
La mujer se probó siete combinaciones, mientras iba de compras en Piscataway, Nueva Jersey, la ciudad donde reside. Se decidió por el conjunto de una pieza con el color de la escuela donde Towns brilló.
Una sobrina la ayudó con el maquillaje. Su cuñada le peinó su cabello largo y ondulado.
"¿Luzco bien? ¿Está mi ojo bien delineado?", preguntó. "Quería usar algo azul, pero que no pareciera de una persona tan joven ni tan vieja. Buscaba algo divertido que sorprendiera a mi hijo y a mi marido", Karl-Anthony padre.
En medio del apuro para estar lista, Cruz se dio tiempo para rememorar la época en que Towns estudiaba en el quinto o sexto grado. El jovencito medía ya 1,82 metros (seis pies). Fue entonces cuando Cruz se percató del talento de su hijo para el basquetbol.
"Lo veíamos driblar y cómo encestaba en bandeja. Yo me dije, '¡Dios mío!, parece una bailarina''', comentó. "Era tremendamente ágil".
Recuerda haberle comprado biografías de grandes basquetbolistas, que ambos leían juntos.
Después de que Towns fue seleccionado, su padre se conmovió. En declaraciones a ESPN recordó la forma en que la familia gastó sus ahorros para construir una cancha de basquetbol, con piso de concreto, en el traspatio.
"La gente no entiende lo que hemos sacrificado para hacer esto, para vivir este sueño", dijo, al borde de las lágrimas.
Cruz aprovechó el logro para dar un consejo a su hijo.
"Sólo sigue trabajando duro. Ama a tus fanáticos. Dales las sonrisas que siempre nos diste a nosotros en casa", pidió.
Junto con otros 11 jugadores de su generación, Towns dejó la universidad tras cursar apenas el primer año. Pero Cruz no considera que llegar a la NBA a una edad más temprana pueda afectar al joven, pues lo consideró muy maduro.
Cuando ella estudiaba enfermería, Towns le ayudaba a estudiar. La madre hacía malabares, cuidando a sus dos hijos y cumpliendo su trabajo en el área financiera de una clínica de salud mental en Nueva Jersey.
"Cuando estoy deprimida, él siempre viene y me dice, 'todo va a salir bien, no es nada'. Tiene mucha sabiduría", destacó.
Además, a Towns le gusta bromear con su hermana mayor Lachelle, de 35 años y con dos hijos, quien considera que podrá dar buenos consejos al basquetbolista.
"Soy yo la que puede darle otra perspectiva de los problemas y de las soluciones. Mi hermano tiene 19 años y es como cualquier otro joven de esa edad. Es un adolescente que ama la vida. Esta profesión es como conseguir un empleo en el Wendy's del centro comercial", comentó Lachelle, en referencia a la cadena de restaurantes de hamburguesas. "Tiene que levantarse temprano cada día, tiene un horario y, si no puede presentarse un día, ¿adivinen qué?, pues tendrá que llamar a su entrenador e informárselo".
Lachelle usó un vestido blanco para la gran noche de su hermano. Buena parte de la familia asistió a un desayuno que la NBA les ofreció el jueves. En ese encuentro, ejecutivos de la liga hablaron de los programas que han implementado para resaltar la importancia de un buen manejo financiero, de elegir un agente y de tener relaciones estrechas y saludables.
Además, la familia tuvo la oportunidad de conocer a los padres de otros futuros jugadores de la NBA.
Por AP
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