“Cuando dos elefantes luchan es la hierba la que sufre”. Ese proverbio proveniente de un país africano puede ser aplicado al conflicto que envuelve en estos momentos al baloncesto de la NBA.

De un lado están los dueños de equipos que impusieron el cierre patronal aduciendo pérdidas (o más bien que dejaron de ganar) por el orden de los 400 millones de dólares.

Del otro se encuentran los jugadores, cuyos salarios en conjunto pasaron de los 3 mil millones de dólares en la estación pasada.

Pero ni unos ni otros serán los más perjudicados por la situación de paralización en las actividades de la liga.

Los dueños tienen otros intereses, otros negocios. Los jugadores fueron sometidos a un proceso de preparación -incluyendo un instructivo de cómo manejarse este verano con sus gastos-, muchos poseen contratos publicitarios, otros han ahorrado o invertido en diferentes asuntos. Quienes si ya han comenzado a sufrir son los empleados comunes y corrientes. La pasada semana, los Bobcats de Charlotte anunciaron que dejaron ir a siete empleados, incluyendo al narrador de radio, Scott Lauer.

Más despedidos
También trascendió que hace dos semanas, los Pistons de Detroit habían despedido a 15 personas.

Los Bobcats son uno de los 22 equipos que ha dicho la liga que están perdiendo dinero.

La amenaza de que la próxima temporada no se celebre es real, dadas las posiciones distanciadas que mantienen jugadores y propietarios.

Mientras los dueños dicen que no pueden seguir con las altas pérdidas que enfrentan, el sindicato de jugadores afirma que las cifras no son tan altas como se han dicho.

Tampoco admiten la imposición de un tope salarial (que los salarios no pasen de 2 mil millones de dólares) y quieren que se elimine el límite de edad (19 años) para ingresar a la liga. Y es que los deportes profesionales en los Estados Unidos son, en primer lugar, un negocio; en segundo, un entretenimiento y en tercero, un deporte.

Por lo que se está discutiendo es cómo se van a repartir el “pastel” entre los propietarios y los jugadores.

Tanto uno como otro bando van a hacer todo lo posible por imponer sus puntos de vista o por lo menos llegar al acuerdo que le sea más favorable.

Y mientras más pase el tiempo, la presión irá en aumento.

Los contratos de televisión son garantizados por lo que los dueños no dejarán de percibir dinero por ese concepto.

Y Ayer se dio a conocer que los jugadores recibirán unos 160 millones de dólares por concepto de retención al no alcanzar la pasada campaña el límite de 57 por ciento de los ingresos señalado para los salarios de los jugadores. Esto daría más confianza a los baloncestistas para no dar su brazo a torcer, lo que agudizaría todavía más el conflicto.

 Escrito por: Alex Rodriguez // www.basketdominicano.com

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