Sus compañeros lo tildan de loco, del más gracioso o “el de mejor ambiente”, como dice David Hernández. Él se defiende, lo niega todo, comenta que todos los dominicanos son así por naturaleza y que solo es buen cuentachistes, que el loco es otro.
“Yo loco no soy. El que está gritando y cantando todo el tiempo es César Chávez, ese sale a la calle y se mete a las conversaciones de la gente, lo levanta a uno a las cinco de la mañana a entrenar y está bromeando todo el tiempo. Yo solo le sigo la corriente y nos juntamos a hacer unas cuantas bromitas, porque yo puedo ser payaso, pero no desquiciado, eso se lo dejo a él”, dice Dagoberto Peña, entre risas, pero el médico Óscar Montoya lo desmiente: “Peña es el más chiflado y el que más nos hace reír aquí, de eso no hay duda”.
Juzgado entonces como el que rompe la monotonía del grupo y alegra las concentraciones y entrenamientos, Peña cumplirá su segunda temporada con Academia, equipo en el que vivió muy buenos momentos el año anterior, gracias a la yunta que armó con el venezolano Heissler Guillent.
“Es una lástima que no esté con nosotros este semestre, Guillent es un gran jugador. Sin él estoyseguro que no hubiera sido lo mismo, que no hubiéramos jugado la final y difícilmente yo sería el mejor encestador de la liga, es que con ese hombre la vida se hacía muy fácil”, agrega Dagoberto, enamorado cada vez más de la “Bella Villa”.
“Esta ciudad me encanta, me gustan sus montañas, el clima y todo. Todos los días tomo fotos de sus paisajes y es muy parecida a Santo Domingo, solo que allá es plano, pero el estilo de vida de la gente y los edificios se parecen mucho. Vivo muy agradecido con Dios por permitirme jugar al básquet y hacerlo en una ciudad tan bella, a la que considero mi segundo hogar, un barrio más de República Dominicana y por eso volví”, acota Peña, quien se reunió con varios compañeros de Academia para ver el domingo anterior el Juego de las Estrellas de la NBA, en el Parque Lleras. “Son jugadores excepcionales y ese LeBron James es todo un show”, enfatiza.
Pasado universitario
Así como lo hicieron James y Dwyane Wade, dos de sus ejemplos a seguir en este deporte, Dagoberto Peña también estudió en una institución norteamericana, lo hizo en la Universidad de Marshall, aquel claustro educativo que perdió en un accidente aéreo a todos los jugadores de su equipo de fútbol americano (1970), una de las peores tragedias deportivas de la historia y cuyo drama fue el guion principal de la película “We Are Marshall”, un éxito del considerado cine deportivo.
Otra historia que se cruza con Peña es la del actual entrenador de los Lakers, Mike D’Antoni, otro de los prestigiosos graduados de este recinto académico, quien fue ingresado al Salón de la Fama de esta universidad y cuyo número del equipo de baloncesto fue retirado y no volvió a ser portado por ningún otro jugador de este equipo, salvo por Peña.
“Yo siempre jugaba con el número diez y él, en su época de estudiante, también, entonces faltando un año para terminar mi carrera tomaron esa decisión, pero yo solicité que me dejaran culminar el año que me faltaba con ella, él preguntó quién la portaba y cómo jugaba él que la usaba, al parecer dio el visto bueno y yo fui el último que jugué con ese número, el número de una leyenda del básquet, que después recibió su respectivo homenaje”, comenta el dominicano, quien usará ese número en su camisilla esta temporada con Academia y quien en su último año como universitario llegó con el equipo de Marshall a las finales de conferencia, “la que perdimos con Memphis”, recuerda nostálgico.
Anhelos
Sobre las expectativas que “Dago” tiene en este 2014 están ser campeón con Academia, volver a la selección de su país, la cual no integra desde el año 2012 y jugar el Mundial de Baloncesto que se realizará en España a finales de agosto, en donde su país tendrá una prueba de fuego.
“Nos tocó en el grupo con Turquía, Nueva Zelanda, Ucrania, Finlandia y el gran favorito, Estados Unidos. Obviamente nadie querrá perderse ese torneo, mucho menos jugar contra los mejores del mundo y por eso voy a tratar de jugar a mi mejor nivel, para cumplir con lo que me he trazado para este 2014”, puntualizó este dominicano alegre, recochero y feliz.
Jonny Andrés Sampedro | Elmundo.com | Foto: Esneyder Gutiérrez Cardona
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