El torneo de Baloncesto Superior de Santiago enfrenta un gran reto de cara a la celebración de la versión número 30 de ese certamen, a partir del 25 de febrero próximo.

Después del lamentable incidente en el cual perdió la vida la joven Kenny García, de 21 años de edad, el año pasado, de una bala que disparo un agente de seguridad, es imperativo para los organizadores de la justa garantizar la seguridad de los parroquianos que se den cita este año en la Arena del Cibao Oscar Gobaira.

Cuando hablamos de organizadores no sólo nos referimos a los ejecutivos de la Asociación de Baloncesto de Santiago (Abasaca), entidad que preside Edsel (Negro) Vila; y los miembros del comité creado para montar la justa, presidido por Emmanuel García Musa, si no que también nos referimos a los directivos de los seis clubes participantes: Plaza Valerio, Sameji, Gregorio Urbano Gilbert, Cupes, Pueblo Nuevo y Domingo Paulino.

El desbordamiento de las pasiones en las acciones de algunos directivos de esos clubes, a lo largo de la historia, ha sido motivo de reacciones fuera de control de seguidores de los mismos, acciones que han degenerado en incidentes, en los cuales se ha comprometido la integridad física de personas asistentes a los partidos.

Es deber de todos los amantes del Baloncesto de Santiago hacer del torneo del 2010 uno sin hechos que lamentar, como ocurrió el año pasado. En eso han de estar comprometidos por igual, jugadores, entrenadores, técnicos, árbitros, directivos de Abasaca, de clubes, miembros del Comité Organizador.

También deben asumir ese compromiso las autoridades de la ciudad. Sí, las autoridades, tales como la Policía, la Gobernación, el Ayuntamiento, Defensa Civil.

Deber de todos

Esas instituciones también tienen el deber, la obligación de preservar la integridad física de quienes asisten a un evento público.

La Policía la tiene como institución que debe garantizar el orden público. La Gobernación, como representante del Gobierno. El Ayuntamiento, como gobierno municipal. La Defensa Civil, como entidad llamada a proteger la integridad de los ciudadanos.

Así, es deber de la Policía proporcionarle al espectáculo una cantidad de agentes tal que los servicios privados de seguridad que sean contratados resulten un complemento de la labor de los miembros de aquella institución y no viceversa. La responsabilidad primera de preservar el orden público debe ser de la Policía.

No de la seguridad privada contratada a tales fines.

Tanto la Gobernación como el Ayuntamiento deberían tener la obligación que el entorno del Oscar Gobaira garantice niveles óptimos de seguridad para los parroquianos: calles asfaltadas, iluminadas, sin desperdicios o basura, buen flujo de vehículos; para que así los delincuentes no encuentren en deficiencias sobre estos aspectos cómplices para sus fechorías.

La Defensa Civil debería velar para que no se produzca sobreventa de boletas para la instalación, de manera que en la Arena del Cibao no se de el peligroso fenómeno de una instalación colmada por encima de su capacidad.

Escrito por: Osvaldo Rodríguez Suncar // www.basketdominicano.com

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