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NUEVA YORK -- El padre de Karl-Anthony Towns se siente como si estuviera en una prueba de 100 o 200 metros. Su objetivo es mantener la calma en medio de la única ansia que sufre de cara al comienzo del sorteo de la NBA que se llevará a lugar en el Barclays Center y será transmitido mundialmente.

Al igual que los prospectos que han estado luchando contra una preocupación, una que solo ellos pueden entender y apreciar por lo que están a punto de vivir en la mejor liga del mundo, Karl Towns Sr. sabe que está a punto de finalizar una carrera que para la familia inició cuando se propuso entrenar a su hijo en la cancha, y estará entrenado a nueva etapa al momento en que Karl-Anthony Towns se convierta en lo que todo mundo ya sabe: la primera selección de los Minnesota Timberwolves en el sorteo de 2015, la noche de jueves.

BALONCESTO DOMINICANO
“Tengo el gozo de un proceso que se inició años atrás hasta el punto en que es solo una situación hermosa en este momento”, exclamó el padre sobre su hijo, uno de los novatos más codiciados en este momento, en entrevista con ESPNDeportes.com. “Estoy feliz y estoy tan emocionado que mi hijo finalmente está recibiendo la oportunidad de alcanzar su objetivo y que va a estar en una de las mejores fraternidades del mundo”.

Hay un cosquilleo que amablemente corre a vapor dentro del estómago de Karl Towns Sr., una sensación que nació del lazo verdadero y singular que existió entre padre e hijo desde el momento en que el progenitor tomó a su vástago por sus manitas y aportó su granito de arena hacia el estrellato que lo ha colocado como una selección de lotería. Cuando Karl-Anthony Towns no estaba dominando a los homólogos de su edad, el jovencito pasaba cada rato midiéndose ante jugadores más experimentados que formaban parte de la escuadras preparatorias que su padre dirigió por 19 años en Nueva Jersey.

“A él estar practicando creo que formó un vínculo entre nosotros. Creó un lazo entre nosotros que era fuerte porque nos permitió tener tiempo para desarrollar sus habilidades”, afirmó el exentrenador de Piscataway Tech (N.J), quien se retiró al concluir la temporada 2013-14 para ver de cerca el primer y único año que su hijo jugó en la Universidad de Kentucky.

“Pasamos muchas horas juntos, hicimos todo juntos y en ese tiempo tuve la oportunidad de aumentar su nivel de habilidad y de allí solo despegó”.

Bajo la tutela de un padre sensato, Karl-Anthony Towns terminó arropándose de los honores de las primordiales escuelas secundarias, entre ellas participó en las ediciones de 2014 del prestigioso partido McDonald’s All-American y en el Jordan Classic. El desempeño por el cual el dúo padre-hijo tanto luchó, le brindó a este futuro NBA el afamado galardón del Jugador Nacional del Año y Atleta del Año de Gatorate 2014, antes de pulir su talento en Kentucky.

Mientras que su hijo, quien ha sido parte de varias selecciones nacionales de la República Dominicana, solamente practicó para los Timberwolves el pasado 13 de junio, Karl Towns Sr. profesó que no existe un destino favorito pese a que Minnesota mantiene una sequía de 11 temporadas sin jugar en los playoffs.

“Sólo sabemos que donde quiera que vaya va a marcar la diferencia. Solo está feliz de ir a la fraternidad y ser parte de la NBA”, sentenció.

Por ahora, lo único que detiene el cumplimiento de un sueño que aviva a Karl Towns Sr. es el inicio televisivo del sorteo.

“Es como correr hacia una línea de meta. Sabes que está ahí, pero simplemente no puedo esperar para cruzarla”.

Por Adry Torres - ESPN Deportes

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