La participación de la liga tuvo como objeto alentar a que los niños practiquen un deporte.
La carrera la inició el comisionado Adam Silver y la terminó Dikembe Mutombo utilizando tenis de baloncesto.
También participaron Chris Mullin, Nate Archibald, Charles Oakley, Bernard King, Darryl Dawkins, Jason Collins, Sam Perkins, así como Swin Cash y Ruth Riley, jugadoras de la WNBA. Cada uno fue acompañado durante kilómetro y medio por un estudiante local del programa juvenil de la organización del certamen, New York Road Runners. Y en entre ellos estaba un dominicano: Felipe López.
López, quien llegó a ser considerado el mejor jugador de escuela secundaria en el año 1994, no pudo ser todo lo que se le pronosticó en la NBA, pero se ha mantenido ligado a la liga, sobre todo a través de los diferentes programas que la vinculan a la comunidad.
Hace unos días fue elevado al Salón de la Fama del Baloncesto de la ciudad de Nueva York donde es toda una figura, principalmente entre los latinos.
López fue el primer jugador dominicano que tuvo importantes actuaciones en la NBA (cifras dobles, 20 puntos en un partido, doble-doble), pero más que eso, de lo que siempre ha estado orgulloso, ayudó a abrir las puertas para que el talento latinoamericano fuera mejor valorado.
Y ahora, lo que no pudo lograr dentro de la cancha, Felipe lo hace fuera de ella como un orientador, un embajador del basket de la NBA en la ejecución de sus programas con la comunidad que tan importantes son para la imagen de la liga.
El hombre olvidado en Houston
Ese es Francisco García, el mejor jugador del equipo dominicano que terminó en el lugar número 13 entre 24 países en el pasado mundial de baloncesto.
Sin incluir la actividad de anoche, “Cisco” todavía no había visto acción en la temporada de la NBA.
Con Trevor Ariza y James Harden iniciando en las posiciones de delantero rápido y guard tirador, además de Kostas Papanikolaou y Jason Terry como sus principales suplentes, los minutos para el criollo en el equipo de los Rockets no aparecen.
A menos que sea visto como un “seguro de vida” en caso de lesión, pero seguro que es una posición incómoda para el jugador que todavía puede aportar tanto a la ofensiva como a la defensa.
Por Alex Rodríguez - Listín Diario
rodriguezalexandro@yahoo.es @rodriguezalex16
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